Para mañana quedaremos enterrados. Poco después darás cuenta del hubiera. Y ella se irá despistada, porque tiene que llevar a su hijo a la escuela. Nos vamos a acusar el uno al otro. La única luz proviene de las linternas en nuestros bolsillos. Sacarás una pistola y apuntarás a mi ombligo. Sudaremos por el calor sofocante de nuestro entierro. Dispararás, y apagarás ambas linternas.
Jamás nos van a encontrar.
2 comentarios:
Eso es todo. Buen post. Se nota que vas para producción.
Dan, exclente post. Me gustó mucho la trama de tu historia y la forma en la que lo plnteaste.
Publicar un comentario