4 feb 2010

¿Quiéres ser famoso?

Muchos de nosotros hemos tenido la curiosidad de saber ¿qué se siente ser famoso? Pero acaso nos hemos preguntado ¿cuánto vale nuestra vida para la televisión? Siquiera ha pasado por nuestra psiquis la idea perversa de cuánto tiempo merece nuestra existencia en la pantalla chica.

Últimamente hemos sido inundados por ola tras ola de noticias sobre cierto jugador (todos sabemos cual) de un conocido, y aborrecido, equipo de fútbol, financiado por su monopolio televisivo favorito.

Lo que me resulta impactante, e indignante, es que se le dediquen, hasta la fecha de este honorable post, uno o dos minutos (a veces cuatro) de tiempo en los noticieros "serios" (!ay que aja¡). Sin contar los terribles especiales de quince o treinta minutos en bloques de espectáculos y espacios deportivos.

Como diría mi profesora de Historia, Camarillo Carvajal, ¿Es aquí cuando uno se pregunta...qué mierda estamos haciendo mal? Cómo es posible que se movilicen a tantos investigadores, cuerpos policiacos, médicos forense y, lo más importante, medios de comunicación para cubrir un hecho particular.

Este caso es de verdad trivial, si bien atentar contra la vida de otro ser humano es algo indebido y atenta contra su libertad, el país no tiene porque quedarse paralizado por que dicho "atleta" haya sido agredido.

"Atleta" porque un verdadero deportista no está parrandeando hasta las 2 de la mañana, mucho menos en inicios de temporada. Un jugador profesional debe mantenerse en constante concentración y lejos de todo vicio para mantener un rendimiento óptimo en el campo de juego (sea cual sea el área a desempeñar, o el deporte practicado).

Pero como todos sabemos, y vivimos, México es el país donde la frase nada es imposible tiene una connotación casi literal. En este punto de la lectura es donde yo me pregunto ¿Cuánto vale nuestra vida en minutos de la Televisión?

Será acaso que nuestra existencia se valore en puntos de raiting o en una situación de televisivamente rentable. Si tal fuera el caso, ¿el ex-coapense es la persona más valiosa de México? Como siempre, para muestra sólo hace falta un botón:















¿Necesitan más?

Es realmente triste que nuestra vida como seres humanos, no valga, para la televisión, más allá de un punto en la estadística, un número. Para los medios no somos más que un desperdicio de tinta, tiempo al aire y, en estos tiempos donde el internet es ley, un innecesario espacio de bits.

Desperdicio que sólo se dignarán a utilizar cuando nuestra condición de "prescindibles" cambie a la de "venta potencial". Sólo hay que dar una hojeada al fabuloso periódico "Metro" o "El Gráfico" para darnos cuenta que aquel maniquí en blanco que es el ser humano (considerado así por los medios de comunicación colectiva), tiene nombre, un rostro y, de vez en cuando, una historia.

Tragicamente, sus 5 minutos de fama son, o fueron, los únicos que tendrá de nuevo en su corto paseo por esta televisada vida. Mi opinión de las cosas...si queremos que las cosas cambien en este país, hagámosle lo que queremos que cambie a los artistas y demás actores de la farándula. Tal vez así, por fin nuestras demandas sean escuchadas.

Ésto es a lo que yo llamo, hacer lo que se nos antoje.

1 comentario:

Anónimo dijo...

noticias enajenantes para un público enajenado, amigos, bien es cierto que es denigrante y escandaloso que a estas alturas, cuando decimos ser "civilizados" tengamos que resolver todo con violencia, por algo tan vanal como el dinero, o cualquier motivo, que no justificaría el asesinato.

también es cierto que para las televisoras, las personas no son más que fuentes de ingresos, aunque hay que reconocer que han hecho, aunque sea muy poco, un esfuerzo por dar a conocer las condiciones deplorables de segmentos de la sociedad, esperando realizar un cambio, al menos eso aparenta ¿O es que soy muy inocente?.

lo triste es que a eso estamos acostumbrados, ya no nos interesa saber de otra cosa que no sea de muerte, dolor, miedo, violencia, pero creo que podemos intentar vivir, a pesar de toda esa porquería succiona cerebros de la televisión, por cosas que valen la pena, como la amistad, el amor, la dicha de vivir, de ver felices a quienes amas, y contribuir al mundo para que sea mejor, si, el mundo está podrido, pero no nos pudriremos con él, podemos ser mejores.