3 feb 2010

Tesis (Lluvia)

Cuartillas...ay. El estuche viene completo. Las plumas, el corrector, el lápiz, la goma, el sacapuntas y la golfa de la engrapadora. Me he quedado encerrado en mi casa por hoy. La lluvia no ha parado desde la madrugada, es como si el cielo estuviese amamantando a la tierra. El auto no sirve, no enciende. Quizás sea lo mejor, la última vez que conducí bajo la lluvia atropellé a un gatito, un crío. No me detuve a mirarlo, menos a recogerlo. Sabía que el agua limpiaría el crimen, como siempre lo hace.

He llamado a mi coordinador, le avise que voy a faltar. Lo ha entendido, seguramente no seré el único con problemas para llegar a la oficina. Finalmente dejo todo acomodado en el escritorio, todo en su lugar para trabajar. Delicados campaneos acuosos se deslizan como danzantes a contratiempos por mis ventanas. Jaja, que delicados, la leche materna de la madre naturaleza. Pobre tipa.

Luego me andan diciendo antisocial. Que no comparto nada de mi tiempo si no hay vino de por medio. ¡Qué desdicha! No saben apreciar la compañia de los latidos, ni los diálogos entre parpadeos. La sed me conmueve, y el vaso acaricia el líquido, lo abraza para no dejarlo llegar a mi garganta. Me iba a bañar, pero mejor decidí no hacerlo y simplemente quedarme desnudo todo el día. Una vestimenta liviana para una jornada ligera. Si alguien toca la puerta, iré a atenderlo sin demora. Si es un señor que diga rápido sus negocios con mi persona. Si es la policía, que me arreste. Si es una jovencita, de tetas legibles, la invitaré a pasar.

No me siento solo, estoy acompañado por mi desnudez y mis letras...

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