26 feb 2010

Frágil


Tras una seria experiencia ocurrida hace algunas horas, he cabildeado algunas ideas que en parte fundamentan mi idiosincracia.

Todos los sistemas tienden a la entropía, a desmoronarse, derrumbarse. Al inicio sólo hay caos y al final habrá solamente caos.

Entendemos a las relaciones humanas como pequeños sistemas que se conjuntan para formar un sistema bastante complejo llamado sociedad. Son maravillosas las relaciones, pero llaman más mi atención las de pareja y las de amistad. Tan peculiar tener un lazo tan íntimo con alguien ajeno a tu familia.

Pero descubrí hoy que eso no importa...no importa cuanto quieras a alguien, o cuánta confianza se tengan mutuamente, basta sólo con un malentendido de 15 minutos o menos para destruir una relación valiosa. ¿Qué falta para que tu mejor amigo se convierta en tu némesis? ¿Cuánto te falta para odiar a tu pareja?

Pero lo valen. Tener amigos o pareja es de rompemadres y el riesgo de agonizar de tristeza y decepción vale la pena intentar establecer estas relaciones. Los grupos de amigos no están excentos de ser desvanecidos de un momento a otro, o tal vez poco a poco. La manera en que se entienden entre sí cada uno de los miembros con el otro es diferente, y esto hace singular a cada relación entre cada miembro. Una relación fuerte debilita a otras. Por eso no podemos mantener siempre al mismo grupo de personas conviviendo, por el hecho de que todo está en movimiento, todo cambia y así también la manera de interpretarlo,estas relaciones se fortalecen o se vuelven más frágiles.

Sólo se me ocurre una manera de evitar que estas relaciones de destruyan: estar en movimiento, no permanecer fijo en un solo lugar por demasiado tiempo. Deben refrescarse, aligerarse, confirmar el espacio ajeno a los momentos que comparten juntos. Si te quedas en un mismo lugar con la misma gente, el ambiente se vuelve de sal. Fastidia la respiración del otro...

No sé, estoy muy radical esta noche, continuaré en otra ocasión...

1 comentario:

Irving Camacho Soto dijo...

Daniel, tu y yo sabemos mejor que nadie, que las relaciones comunicacionales de los seres humanos es extremdamente volátil y sólo es sostenida por una frágil tela, dispuesta a romperse en cualquier momento.

Sin embargo, concuerdo contigo, tener ese tipo de relaciones, sea afectiva o fraternal, es muy bueno y en ocasiones necesarias para la supervivencia.

Buen post.